miércoles, 5 de marzo de 2008

NOVO DABO

De nuevo, retransmitiendo la jugada. Ayer inauguramos un sitio cuyo nombre es tan complejo como algunos de sus platos: EL NOVO DABO.
El restaurán está ubicado en la C/Juan II de Aragón (zona romareda, paralela a Isabel la Católica) y es un establecimiento decorado con sencillo buen gusto. Nada más entrar hay una pequeña barra-recepción que te da la impresión de estar entrando en casa de un amigo rico, en tonos rojos y grises con algún brillo en la encimera-barra. Los baños son para quedarse a vivir en ellos, en los mismos colores, con una grifería exquisita, flores naturales y un detalle simpático: cepillos de dientes de un uso con pasta individual. El comedor está en la planta superior y cuenta con unas doce mesas. Silencioso, sin humos, permitido fumar.
La carta está dividida en dos partes: de la tradición, y la vanguardia.
Elegimos cuatro primeros para compartir y después un segundo y postre individual.
Nos convidaron a una minicata de aceite del bajo Martín (pan de sésamo y blanco a elección) y con un entrante cortesía de la casa que consistía en un tartar de fresas con cebollino y cecina . Los primeros fueron: terrina de foie con palomitas de maiz y kikos, tartar de boletus edulis con blah blah blah, parrillada de verduras con salsa romescu. y panceta adobada con salsa de maracuyá y langostinos. Los segundos platos, con nombres interminables, se resumían en: paletilla de lechal, presa de cerdo con nube de patata y trufa y reducción de su propio jugo, secreto de cerdo con salsa de mostaza y su caramelo con sésamo (¡impresionante, solo superable por el antiguo paraíso, cuya reseña haré en otra ocasión!), manitas de cerdo rellenas de sesos, rodaballo con moluscos (varios) en salsa verde, merluza de que te cagas y lubina. Los postres escogidos son de los mejores que he probado últimamente: torrija con helado de regaliz de palo (muy sorprendente), sopa de chocolate con helado de plátano, melón indefinido (la camarera lo definió muy bien: 7 texturas de melón, o sea, sabor a melón disecado, en gelatina, en puré...), canelón de mango relleno de arroz con leche, y un coulant de chocolate con helado. Y terminamos la comida con una "picadita" de mango con compota de algo maracuyá y una minimancha de cacao.
Bebimos tres botellas de vino tinto (Bierzo y un Ribera del Duero), una de agua, 3 cafés, 5 orujos.
El precio, considerando que nos pusimos hasta arribita mismo, y que las raciones estaban "por su sitio", fue de 62 euros por cabeza. La relación calidad-precio está bien pero sabiendo que la calidad es muy alta.

1 comentarios :

  1. Unknown dijo...

    pues tiene una pinta cojonuda, pero me parece que a sesenta y tantos eurazos voy a tardar algunos meses en probarlo...